miércoles, 11 de noviembre de 2009

Mi jefe me roba mis ideas de negocios y se lleva el reconocimiento

Robo de ideas en la oficina

Rachel Zupek, redactora de CareerBuilder.com

Estamos en una reunión de trabajo, con la mente ocupada en nuestros asuntos, cuando un compañero hace una sugerencia. Mientras tomamos nota a las apuradas, nos damos cuenta de que su propuesta nos suena conocida, pero no recordamos de dónde. Un momento. ¡Nos robó la idea!

Apropiarse de ideas ajenas en el lugar de trabajo es más común de lo que se piensa. No se sabe con exactitud por qué ocurre, pero Charmaine McClarie, fundadora y presidenta del grupo McClarie -- empresa consultora en temas de desarrollo de liderazgo y comunicaciones--, sostiene que el miedo y la pereza son responsables de ello en la misma medida.

"Algunos empleados deciden llevarse los laureles de sus colegas porque piensan que probablemente se saldrán con la suya", afirma. "Cuando alguien se siente incapaz de producir un cambio positivo y necesario, robarle a otro la idea que no puede generar por sí mismo comienza a verse como una opción posible".

Cómo manejar la situación

Más importante que conocer el porqué de esa actitud es saber cómo reaccionar cuando notamos lo que está sucediendo. Según McClarie, podemos impedir que alguien nos robe una idea si obtenemos reconocimiento por ella mucho antes de realizar el trabajo.

"Elaborar un proyecto también implica prever quiénes deberían conocer nuestras ideas y cómo se enterarán de ellas", opina McClarie. "Cuando un grupo de gente conoce y respalda nuestros planes, ninguna otra persona podrá interferir y llevarse el mérito".

Otros especialistas sostienen que lo más conveniente es enfrentar a quien se quedó con el reconocimiento, siempre que al encararlo no se adopte una actitud acusatoria y a menos que exista una buena razón para evitar la confrontación.

"Expresar nuestra inquietud como un reclamo, puede hacernos quedar como unos quejosos", declara McClarie. "Aunque nos den ganas de partirle un palo por la cabeza al 'ladrón', agitemos en cambio la varita mágica".

Tal vez la mejor opción en caso de que un compañero se lleve el mérito por una idea nuestra sea tratar de recuperar el control y darle impulso a esa idea.

"Si alguien presenta una idea nuestra como propia en una reunión de trabajo, no conviene hacérselo notar en ese momento", aconseja McClarie. "Es preferible enviar luego un email a quienes asistieron a la reunión y proponer algunos puntos que contribuyan a que la idea funcione. De esta forma, los demás sabrán de nuestra capacidad como líderes y estrategas eficientes".

Un enfoque diferente

Si bien muchos piensan que las ideas siempre tienen un dueño, Richard Gallagher, autor de How to Tell Anyone Anything: Breakthrough Techniques for Handling Difficult Conversations at Work [Cómo hablar con alguien sobre cualquier tema: técnicas para manejar conversaciones difíciles en el trabajo], lo ve de otra manera:

"Existe el concepto equivocado de que las ideas, y el mérito por ellas, deben acapararse como si fueran la moneda de cambio de una carrera", dice Gallagher. "En realidad, las ideas florecen cuando se las abona con el aporte de todo un equipo. Las personas que se fijan demasiado en quién es el 'propietario' de tal o cual idea, a menudo anteponen el propio interés al beneficio de toda la empresa, una actitud que puede arruinar la carrera laboral".

En otras palabras, Gallagher cree que nadie posee los derechos sobre las ideas y que estas no pueden ser robadas, sino más bien difundidas. Si alentamos a las personas para que propaguen nuestras ideas -- sostiene este autor --, incrementamos nuestras dotes de liderazgo más que si peleamos por el reconocimiento.

Consejos

Aquí presentamos cinco formas de manejar, o impedir, una situación en la que alguien se adjudique el mérito por una idea nuestra (o intente compartirlo).

1. Generar apoyo para la idea

"Sucede con mucha frecuencia que, cuando se nos ocurre una idea excelente, se la comentamos a la persona que tenemos más cerca. Pero es mejor actuar de manera estratégica", afirma McClarie. "Preguntémonos quién es respetado y valorado como líder dentro de la empresa y debería estar al tanto [de nuestras ideas]. Así, estaremos comentando nuestra idea antes de que pueda ser robada y también dejamos bien en claro que ella nos pertenece".

2. Reenfocar la situación

"Cambiemos la perspectiva: no pensemos que nos robaron la idea, sino que la difundieron", sugiere Gallagher. "Felicitemos a la otra persona por el buen trabajo de difusión que realizó y hablemos al jefe de la excelente tarea que llevó a cabo este colega ayudando a sacar a la luz nuestra idea".

3. Pedir el respaldo de otros

"Solicitemos a otros que hablen de nuestra idea en alguna reunión anticipada, sobre todo si pensamos que podría despertar alguna oposición", aconseja McClarie. De esa forma, la gente se referirá a la idea como nuestra. "Bien, ('ladrón de ideas'), ese es un aspecto interesante; Charmaine y yo conversamos sobre esto la semana pasada. Hasta ese momento, la idea no había sido robada".

4. Pensar más allá de la idea en sí

"Hace más de un siglo, a alguien se le ocurrió convertir un carro de caballos en un automóvil. ¿Recordamos el nombre de esa persona? En realidad, nos acordamos de aquellos que tomaron una idea y la desarrollaron", afirma Gallagher.

5. Tomar prestado, estimular y reconocer el mérito

"Cuando estimulamos abiertamente a alguien para que nos 'robe' las ideas y se acostumbre a 'robar' las de otros y llevarse el mérito, nos pasan cosas maravillosas en el trabajo, cosas que jamás podríamos imaginar si nos portamos como 'el llanero solitario' cuando tenemos una idea interesante", dice Gallagher.

Rachel Zupek es redactora y participa en el blog de CareerBuilder.com y en el blog de temas laborales The Work Buzz. Investiga y escribe sobre estrategias en la búsqueda de empleo, gerenciamiento de carrera, tendencias en la contratación y temas vinculados al lugar de trabajo. También puede leerse en Twitter: https://twitter.com/CBwriterRZ.

Las diez mentiritas más comunes y cómo dejar de decirlas.

¿Usted mentiría alguna vez en su trabajo?

Las diez mentiritas más comunes y cómo dejar de decirlas.
Rachel Zupek, redactora de CareerBuilder.com

Después de leer el título de este artículo, es de esperar que lo primero que pensemos sea: "No, yo no mentiría en mi trabajo". Sin embargo, si seguimos leyendo, nos daremos cuenta de que, aunque nos empeñemos en negarlo, todos mentimos en la oficina.

Recordemos esa vez en que le elogiamos la corbata a nuestro jefe, aunque era realmente espantosa. O el día en que le dijimos a una compañera que nos quedaríamos trabajando hasta tarde cuando en realidad no queríamos volver en el mismo tren con ella. Ambas cosas eran mentira.

Sin duda, estas mentiras leves no hacen daño a nadie, pero tampoco ayudan. Entonces, en primer lugar, ¿qué sentido tiene mentir?

"Mientras que algunas personas realmente tratan de engañar, otras solo tienen la intención de hacer un bien o de no agitar las aguas", sostiene Marsha Egan, presidenta del Grupo Egan, una empresa de coaching profesional. "En otros casos, la gente miente para evitar que el jefe descubra un error en su desempeño o para tapar alguna otra falla que podría afectar su carrera. Muchos empleados creen erróneamente que una mentira 'piadosa' no le hace mal a nadie".

Están equivocados.

Timothy Keiningham y Lerzan Aksoy, coautores del libro Why Loyalty Matters [Por qué es importante ser leal], afirman que, si bien mentir es tentador, aunque sea algo mínimo, corremos el riesgo de perder la confianza de otros o incluso nuestro empleo.

"Es fácil decir: 'Si todo el mundo lo hace, yo también'. Mucho más difícil es adoptar una postura ética y actuar con sinceridad. No obstante, la mentira casi nunca ayuda a nadie y debe evitarse", aseguran Keiningham y Aksoy.

Mentir o no mentir

Una mentirita de vez en cuando suele ser inofensiva, pero la mayoría de los especialistas coinciden en que es más sencillo proceder con franqueza desde un principio.

B. J. Gallagher, un consultor en temas vinculados al lugar de trabajo y autor de It's Never Too Late to be What You Might Have Been [Nunca es tarde para ser lo que uno podría haber sido], opina que casi todas las personas mienten en el trabajo en un momento u otro, por lo general, en situaciones en las que temen las consecuencias que podría acarrear decir la verdad.

"¿Está bien mentir en esos casos? Depende de las circunstancias. Normalmente, lo más recomendable es ser sincero. Si uno dice la verdad, no deberá preocuparse por ser descubierto en una mentira, no tendrá necesidad de seguir mintiendo para tapar lo dicho antes ni cargará con el peso de haber engañado a otros", sostiene Gallagher.

Las diez mentiritas más habituales

Aquí se mencionan diez mentiras "piadosas" muy frecuentes en el trabajo y se explica por qué se recurre a ellas y qué habría que decir en su lugar.

Mentira N.º 1: "Lo haré con mucho gusto"

Verdad: Es lo último que querría hacer.

Es preferible: "Digamos a nuestro jefe que nos gusta la idea de ayudarlo con esa tarea, pero que necesitamos saber más acerca de lo que implica. Comuniquémosle nuestra inquietud en ese sentido", recomiendan Keiningham y Aksoy. Si precisamos más tiempo, pidamos un plazo más largo; si necesitamos algún material, pensemos qué es lo que nos falta y estemos dispuestos a preguntar si es posible conseguirlo.

Mentira N.º 2: "No sonó el despertador"

Verdad: Anoche salí y regresé muy tarde y en realidad no oí la alarma del reloj.

Es preferible: "Las mentiras para justificar las llegadas tarde sólo funcionan una o dos veces. Si uno recurre a menudo a la excusa del despertador o a la del tránsito, el jefe y los demás se darán cuenta de que no es cierto y perderemos credibilidad... o algo peor", afirma Gallagher. "Si solemos ser puntuales y muy de vez en cuando se nos hace tarde, es mejor admitirlo, disculparse y prometer que no volverá a suceder. "Lo lamento mucho. Hoy no me levanté con el tiempo suficiente para llegar a horario. Mil disculpas. De ahora en adelante me aseguraré de disponer de bastante tiempo".

Mentira N.º 3: "No tengo ninguna duda"

Verdad: No entiendo nada de lo que estoy haciendo, pero no quiero quedar como un tonto.

Es preferible: "Cuando uno tiene una confusión absoluta sobre algo, decir que no necesita preguntar nada no lo hará quedar mejor ante el jefe", dice Egan. "Es muy probable que el jefe se dé cuenta de lo que pensamos. Conviene ser sincero y admitir que estamos confundidos y que juntaremos las dudas o dedicaremos un rato a leer el material para poder responder nuestras propias preguntas".

Mentira N.º 4: "Todo está bajo control"

Verdad: Hay complicaciones.

Es preferible: "En este caso, una opción es decir: 'Parece que nos topamos con un problema serio. ¿Me podría dar su opinión?'", sugiere Gallagher. "Si podemos obtener la ayuda de nuestro jefe para resolver los problemas que surjan, seremos capaces de afianzar el vínculo con él. En ocasiones, reconocer nuestras limitaciones y solicitar ayuda es en realidad una señal de madurez y fortaleza".

Mentira N.º 5: "Acabo de oír tu mensaje en el contestador"

Verdad: Escuché el mensaje hace una semana, pero estuve evitando dar una respuesta.

Es preferible: "Muchos sistemas de correo de voz o de email tienen una función que avisa cuando el mensaje es escuchado o leído, y por eso actuar así es un riesgo", advierte Egan. Es mucho mejor no mencionar cuándo se recibió el mensaje, sino simplemente decir: "Contesto tu mensaje de voz" o "Recibí tu llamado el viernes pero no he podido responderte antes", sugiere.

Mentira N.º 6: "¡Reunámonos pronto!"

Verdad: No tengo la menor intención de encontrarme contigo... nunca.

Es preferible: "Por qué las personas dicen esto a alguien que en verdad no quieren ver o que no les simpatiza es algo que no llego a entender. No solo despiertan falsas expectativas, sino que al no concretar el encuentro no cumplen con su promesa", sostiene Egan. "Digamos, en cambio, 'me alegra que hayamos podido encontrarnos' o 'gracias por tu opinión sobre este tema'".

Mentira N.º 7: "Estaba pensando exactamente lo mismo"

Verdad: Estaba pensando algo totalmente diferente, pero no quiero disentir.

Es preferible: "El cambio y la innovación son posibles gracias a las personas creativas y que ayudan a que los demás descubran una perspectiva diferente sobre un tema", afirman Keiningham y Aksoy. "Si uno tiene una razón valedera para no estar de acuerdo, debe reunir elementos que lo respalden y hacer oír su posición. Está claro que se corre un riesgo, pero, como dice el refrán, el que no arriesga no gana".

Mentira N.º 8: "Ah, sí, ya lo hice otras veces"

Verdad: No tengo idea del contenido de este proyecto ni de cómo hacerlo.

Es preferible: "¿Podemos sinceramente adquirir la habilidad y el conocimiento para realizar esa tarea a tiempo y cumplir con el plazo? Si es así, sigamos adelante y aprendamos cómo hacerlo o pidámosle ayuda a alguien", sugieren Keiningham y Aksoy. "Si nos resulta imposible aprender todo lo necesario en un tiempo razonable, tendremos que sincerarnos y solicitar una prórroga del plazo o bien pasarle la tarea a otra persona".

Mentira N.º 9: "No me siento bien"

Verdad: Necesito un día libre.

Es preferible: "Existen dos razones básicas por las que un empleado abusa de las ausencias por enfermedad y miente para no ir al trabajo: o mantiene una mala relación con su jefe inmediato, o su tarea es rutinaria, aburrida, monótona y sin desafíos", sostiene Gallagher. "Si un individuo da parte de enfermo cuando se encuentra bien, el jefe debe hacerse cargo e intentar averiguar por qué miente su empleado". Si queremos tener un día libre, pidámoslo.

Mentira N.º 10: "Este tema sólo llevará un minuto"

Verdad: Esto nos llevará una eternidad.

Es preferible: "Aunque eso tal vez sea una expresión de deseos del jefe o el compañero de oficina, es muy raro que una charla tome solo unos minutos. Hagamos una estimación real de cuánto tiempo pensamos que llevará la discusión", aconseja Egan. "Es mejor decir 'Me gustaría conversar sobre el tema tal, creo que nos tomaría solo unos 10-15 minutos; ¿establecemos un tiempo para discutirlo?".

Rachel Zupek es redactora y participa en el blog de CareerBuilder.com y en el blog de temas laborales The Work Buzz. Investiga y escribe sobre estrategias en la búsqueda de empleo, gerenciamiento de carrera, tendencias en la contratación y temas vinculados al lugar de trabajo. También puede leerse en Twitter: https://twitter.com/CBwriterRZ.